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lunes, 24 de noviembre de 2008

"Mi abuelo curró con Ed Wood"



Llevaba 7 meses sin publicar un artículo en Cinecutre.com. Cansancio, vaguería, desilusión... Muchos han podido ser los motivos de mi inactividad, a lo que hay que sumar que andaba sumido en los preparativos de mi viaje a Finlandia, algo que tuvo mi cabeza ocupada durante bastante tiempo (mucha gente a la que despedir, muchas cosas que dejar en orden...). Lo importante es que he vuelto, y si he tardado tanto, se debe también a que estaba esperando algo realmente impactante, que me animase a regresar. Y ese algo lo encontré de forma inesperada en Pustulio, uno de los muchos cinéfagos que habitan el foro de Cinecutre.com.

Chateando me soltó la bomba. "Pues mi abuelo curró con Ed Wood". Ya se imaginan lo que vino a continuación: "Repite eso", "Te estás quedando conmigo", etc. Pero no, al chaval se le veía totalmente convencido, así que tras meditarlo dos segundos, le propuse una entrevista por Messenger (que se llevó a cabo dos días después), independientemente de la credibilidad que pudiera tener la misma, y de la información que pudiese aportar. Y es que ya sólo por contar semejante anécdota, merecería la pena. Y creo que así ha sido. Realmente, la susodicha entrevista no arroja demasiada luz sobre la figura del denostado cineasta, pero creo que no me equivoco cuando afirmo que es amena, divertida e incluso tiene una pizca de emotividad, gracias a las ingeniosas respuestas de Pustulio y al profundo respeto que muestra hacia su abuelo.

¿Que todo esto puede ser mentira? Por qué no. ¿Qué hacerle una entrevista a alguien sobre una tercera persona carece de rigor periodístico? Según se mire. Pero lean, déjense llevar por la grandeza de esta historia, viajen al Hollywood de los años 50, y descubran el lugar que Ed Wood reservó para el famoso pulpo de La Novia del Monstruo... Y luego me cuentan si mereció la pena el viaje o no. Aunque no se lo crean.

En busca del Santo Grial de la Caspa (IV): Ninjas a la española

¿Que las pelis de ninjas tenían éxito en los años 80? Pues nosotros no íbamos a ser menos.




Mariano Ozores, experto en el cine de artes marciales gracias a sus colaboraciones con Pajares y Esteso, se fue con Jesús Puente a un gimnasio, cogió a 4 karatekas sin experiencia previa en cine y en apenas una semana parió esta superproducción en un almacén, que iguala el presupuesto del vídeo de mi primera comunión (si no me creen, fíjense en lás letras utilizadas para el ¿trailer?). Cuenta la leyenda internauta, que todas las copias se destruyeron, pero algunos afortunados conservan la película gracias a que fue emitida por televisión en el programa Cinturón Negro.



El cabeza de cartel es José Manuel Egea, vieja gloria española de las artes marciales, que ganó el título de campeón del mundo de karate hasta en dos ocasiones, allá por los años 80. El éxito del filme fue tal, que Egea, para conservar su imagen legendaria, decidió no volver a protagonizar otra película, por riesgo a manchar su nombre en filmes que, muy posiblemente, no lograrían igualar el altísimo nivel alcanzado en Veredicto Implacable. Etjem.

Coñas aparte, el género de las artes marciales apenas se ha prodigado en el cine español, y la mayoría de ejemplos que me vienen a la cabeza son lamentables, y casi todos corresponden a esa estapa oscura de nuestro cinematografía, previa a la aprobación de la "tiránica" Ley Miró: Made In China de John Liu, Karate Contra Mafia, El Poder de la Venganza (de Germán Monzó, el responsable de Kibris La Ley del Equilibrio, película que, de editarse alguna vez en DVD, posiblemente se convertiría en ese Santo Grial que busco con tanto ahínco), Challenge Of The Tiger (rodada en la Ciudad Universitaria de Madrid, entre otros lugares) y, si me apuran, Los Kalatrava contra el Imperio del Karate.